Ha llegado el día. En la comida,
mientras los cuatro comíamos mi madre ha hecho la pregunta, "¿vamos mañana
a ver a los abuelos?". Todos sabíamos a qué se refería así que nos
hemos limitado a asentir y hemos continuado comiendo, en silencio, con el murmullo
de la tele de fondo.
Luego he estado pensando que esa
frase está mal formulada, mañana no voy a verles porque no soy capaz de
atravesar la tierra con los ojos, además de que no necesito salir de casa para encontrármelos
porque ellos están en mí. No necesito moverme de donde estoy porque ellos están
siempre conmigo. Llevarles flores no hará que me sienta más cerca de ellos. Y
no, no creo en la reencarnación... aún que me pese, por que el mundo necesita más gente buena como vosotros. Sé que su cuerpo inerte desaparecerá, pero
siempre seguirán vivos dentro de mí, en mis recuerdos, en mi forma de vivir; y
esa es la mejor muestra de afecto que se me ocurre.
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