martes, 26 de octubre de 2010

Perdona si te llamo amor.

El que me busca, viene a recogerme y me dice: "Eres mía. No me dejarás nunca. Estamos demasiado bien juntos. Te amo." Y después: "¿Dónde estabas? ¿Quién era ése? ¿Porqué no te quedas conmigo esta noche en vez de irte a la discoteca con tus amigas?" Y comprender que tal vez amar es otra cosa. Es sentirse ligeros y libres. Es saber que no pretendes apropiarte del corazón del otro, que no es tuyo, que no te toca por contrato. Debes merecerlo cada día. Y se lo dices. Se lo dices a él. Y eres consciente de que hay respuestas que quizás deben cambiarse. Es preciso partir para volver a encontrar el camino. Él. Que me mira enfadado de pie, ante el portal. Y dice que no, que me equivoco, que somos felices juntos. Me coge por un brazo, me lo aprieta con fuerza .Porque cuando alguien a quien quieres se te va, intentas detenerlo con las manos, y esperas atrapar así también su corazón. Pero no es así .El corazón tiene piernas que no ves. Y él se va diciendo "Me las pagarás”, pero el amor no es una deuda que saldar, no regala créditos, no acepta descuentos.