martes, 22 de enero de 2013

Libro.


Esa historia fue pensada para ser leída.
La tuya has tu de escribirla,
hazlo como buenamente puedas.
Se consecuente con tus actos,
guíate por tus principios y no regales tus folios.
Cambia de boli cuando se gaste o la tinta te aburra.
No le tengas miedo a los puntos y aparte,
menos aún a los puntos finales.
Son los trampolines a una nueva historia.
Posterga lo más posible el fin
y redacta los capítulos que creas conveniente.
Recuerda que el índice ha de ser un reflejo de ti,
de tus creencias y decisiones.
En los agradecimientos, 
recuerda a todos los que aparecen en tu historia,
todos fueron importantes,
si no estuvieran, no serías tú.

viernes, 18 de enero de 2013

Baño de espuma.


Cuando los tormentos se apoderan de tu mente, lo mejor es ahogarlos. Ahogarlos entre agua caliente y espuma. El agua caliente desinfecta y la espuma lava. Sumerge tu cuerpo lo más posible, estira tus músculos. Baja la luz y pon música relajante. Cierra tus ojos. Concéntrate en el sonido de las pompas al explotar, y en como acarician tu piel al hacerlo. Te recomiendo que te metas en la bañera cuando aún se está llenado. Notaras como el agua va ganando terreno, va mojándote entera. Hasta que solo tu nariz quede por encima del nivel del agua, que incluso las pompas de jabón te hagan cosquillas en la punta.

Relájate. Tienes todo el tiempo del mundo. Descansa. Desconecta. Concéntrate en la melodía. Notarás que todo tu cuerpo se calma. Entrarás en trance, en duermevela. Disfruta de esta parte, es la mejor. Tus tormentos comenzarán a salir por tus poros y nadarán a tu alrededor. Pero tu piel se ha hecho impermeable y ya no podrán entrar.




Enciende el grifo, pon el agua fría. Es tiempo de contraste. De reformulación. Hay que despertarse. Quita el tapón y deja que el agua caliente, junto con tus temores se vaya escurriendo por el desagüe. Ahora es el tiempo de agua nueva. Un chorro de nuevas expectativas. Has dejado atrás tus problemas, se fueron por las cañerías. Cuando creas que es tu cupo de expectativas está lleno. Apaga el grifo. Túmbate y cierra los ojos. El agua irá bajando su nivel. Te sentirás pesada. Pesada pero ligera. El agua no se va sin más, te acaricia en su despedida y te recuerda que eres una persona nueva. Que tus tormentos se ahogaron y que tus expectativas están llenas. Sigue así hasta que no quede ni una sola gota de agua en tu bañera. Concéntrate en la música. No pienses en nada más, solo en el vaivén del agua al despedirse de tus curvas.