domingo, 10 de marzo de 2013

Catedral.



Estaba parado. Frente a ella. Mirando fijamente. La gente andaba a su alrededor. Nada le hacía apartar la mirada de ella. En su mano derecha sujetaba un paraguas, laxo por la ausencia de lluvia, paralelo a su pierna y prolongación de su brazo.

Una nueva persona apareció en escena. Ella interpreto que era previsor, cuando lo vio por primera vez. Ambos mirando al mismo tiempo el objeto de interés, no solo de ellos sino de todos los que por allí merodeaban. Ambos con paraguas en la mano, cada uno en una mano, guardando simetría de puzle. Los dos la observaban, no importaban los movimientos perturbadores que a su alrededor alborotaban. Solo separaron los ojos del lugar de interés cuando el campo visual de uno, entro en el campo visual del otro. No dijeron nada. Se miraron, sonrieron y continuaron con sus vidas. Aferrando fuertemente el paraguas, cada uno en su respectiva mano contraria. Como si de un reflejo se tratase.

 
La edad era significativa. Ninguno se había visto antes y ambos descargaron adrenalina al mirarse. Y tiraban de ese pensamiento al separarse. Cada uno por su calle, llevando con ellos un hilo imaginario, q salía del lugar de encuentro y les acompañaría siempre. Ninguno volvería a verse. Pero ambos sintieron conexión. Hay uniones, que aun fugaces valen y perduran en la eternidad del tiempo.


 

1 comentario:

  1. Me lo he imaginado en formato audiovisual O.O Que bien escribes muchacha! :)

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